26 de noviembre de 2007

Gaia: el futuro llegó hace rato

GUSTAVO, UNA COMBINACIÓN DE HOLMGREN, OSHO Y MARX ( GAIA.ORG.AR)

El gurují Gustavo dice durante una visita guiada que al mundo le quedan 36 meses de funcionamiento normal. Gustavo dice que, sobre 2012, el mercado global tendrá no más de 500 millones de clientes (con chip electrónico digitalizado incorporado en la piel) consumidores a la vez de recursos, alimentos y servicios de vivienda. Los otros mendigaremos fósiles de petróleo y desayunaremos billetes de diez dólares con monedas de cinco centavos. Gustavo dice que no habrá prácticamente vida en la Tierra después del 2100. Gustavo también dice que el hidrógeno no es una fuente energética alternativa, a diferencia de lo que sostienen los mass media. Gustavo dice, finalmente, que la gran fiesta (abre los brazos, saca panza) del derroche de recursos, contaminación gratuita y consumo enfermizo no se podrá sostener más en breve.

Si todo lo que dice Gustavo fuera absolutamente verdadero, todos los seres vivientes deberíamos dejar ya lo que estuviésemos haciendo(ya, en este preciso santiamén de la eternidad) y seguir su ejemplo. Porque Gustavo, además de decir muchas cosas, ha hecho y hace muchas cosas para evitar la irreversible y crónica hecatombe planetaria.

No se sabe a ciencia cierta si será en 2012 o 2100. Lo que sí, el planeta está sucumbiendo a ritmos cada vez más acelerados y ello es comprobable , por ejemplo, con las alteraciones climatológicas,
tsunamis, sequías y otros tantos fenómenos insospechados que la sabia Tierra ha devuelto al género dominante.

Como bien dice Gustavo, si el hombre no sabe hacerse cargo de la Tierra; la Tierra se hará cargo del hombre.

La ecovilla Gaia es la obra maestra de Gustavo. Le dio vida hace once años y ha hecho de ella una escuela internacional de prestigio de la incipiente y ascendente permacultura. Predica con el ejemplo y la palabra. La comunidad, hasta no mucho, contaba con ocho miembros. Ahora, ya superan la veintena. La voz corre por los siete mares.

La estructura de
Gaia es plenamente sustentable respecto a las megalópolis de 15 o 20 millones de nombres y apellidos. Gaia produce los recursos que consume ("ni un watt más, sino es injusto", apunta Gustavo). La energía es de origen eólica u absorvida por placas metálicas. Las ollas se calientas por reflejo lumínico-calórico, los tomates se cultivan en huertas policultivos. ¿Cloacas? Gusanos y otros microorganismos, de forma "desinteresada", se hacen cargo de los excrementos. La orina, diluida en agua, es utilizada como fertilizante. Todo se recicla y se reutiliza. Todo, léase TODO. Animales domésticos o para ingerir, ausentes. La arquitectura, dotada de un elevadísimo sentido del arte modernista, se nutre de barro, arena, paja y madera. Las 20,4 hectáreas están cubiertas de una vasta flora. Bosques por aquí, bosques por allá. Se respira y goza por allí, se respira y goza por allá. La ecuación: ecologismo + orgánico + sostenibilidad + sencillez + solidaridad e igualdad en la vida y en el trabajo.


WWW.GAIA.ORG.AR

Los sistemas de refrigeración en verano y calentamiento de interiores en invierno sólo requiere de saber orientar los hogares respecto al sol y de abrir las ventanas cuando corresponde. "¿Por qué el hombre tomó la manzana del pecado?", se pregunta Gustavo.

Su intercambio con el sistema capitalista es riguroso y escaso. Ingresan billetes por cursos que imparten, visitas
guiadas y venta de algunos productos artesanales. Además, desde luego, compran o canjean productos alimenticios y energéticos en el mercado justo.

El sentido de la vida en
Gaia es colectivo. Cocinas y comedores comunitarios. Las decisiones se toman en asamblea. La razón, el sentido común (el que sí funciona) y la lógica imperan. Encontramos, pues, un pseudo comunismo diseñado con minuciosidad en Navarro, a 110 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.

Si la riqueza consiste en interactuar con las posibilidades de la naturaleza, entonces "somos millonarios... multimillonarios", añade, irónico, Gustavo. Y tiene razón. Demasiada y
entristecedora razón. El mundo ha estado equivocado en las interpretaciones y semántica.

Hay mucho más qué decir acerca de
Gaia. Aunque mejor, vayan, y que se los diga Gustavo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante aunque sumamente selectiva en los contenidos.
Tengo la suerte de haber ido varias veces a Gaia y creo que lo que escribis es algo muuuuy parcial de la totalidad que incluye este lugar. De hecho hablas solo de Gustavo cuando Gaia es una comunidad en donde viven mas de 20 personas y donde todos son "iguales". Las decisiones se toman por concenso y el trabajo del que corta el pasto vale lo mismo que el del que da cursos.
Sería bueno que te tomes el laburo de hablar con mas gente del lugar, de investigar un poco mas acerca de que es la permacultura y demas para poder escribir algo un poco mas completo y acorde con la realidad ademas de tu impresion de una tarde en Gaia.
Excelente la propuesta final... VAYAN y saquen sus conclusiones.