25 de julio de 2007

Africano compra lomo jugoso argentino


"Naci en Mali, Africa, tengo 28 años y aprendi castelllano en Espania. En Europa vivi seis años. Me mudé a Argentina poque me contató una compañía de publicidad. Me dijieron que las argentinas son muy bellas...quiero conocerlas. Soy abierto, tranquilo y curioso. Me gusta besar a las mujeres mientras bebo un vino fino". Así se vende nuestro querido Kanuoté en Zonacitas.com, un foro de hombres y mujeres hábidos de carne con la cual "compartir nuevas amistades" los sábados de madrugada, preferentemente en una habitación poco espaciosa y con acolchado.

La web es un éxito total: cientos de jóvenes y no tanto introducen sus preferencias, hábitos y características. Se envían mensajes, chatean... Kanouté, tras dos semanas de haberse dado de alta en Zonacitas, también ha tenido un éxito total. Treinta y dos chicas han visitado su perfil. De esas, algunas compartieron mensajes cruzados y chats. Invitaciones para "iniciar una amistad" no han faltado, desde luego. Kanuoté encontró un buen vehículo para integrarse en la sociedad argentina. Puso quinta y hasta el fondo.

¿Qué mujer argentina -digánme ustedes- no se tentaría, aunque sea un poquito, ante un moreno simpático, de 28 años, metro ochenta, bien educado (¿inocente?) y que podría revelarse en la intimidad como un león salvaje africano. ¿Cuál no?

Las pruebas de ello y de lo creativas que son las argentinas cuando están motivadas: Mari27 le popuso a Kanouté: "Papito... Vayamos a conquistar de nuevo África... Yo soy la leona y vos el león". Lali lo invito "al choque de civilizaciones, pero choque de cola...". Romi-bis fue más allá: "Tarzán, soy tu cheeta. Cae con la liana y metemela hasta que grite aaaaahhhh".

Zonacitas se publicita en medios allegados al diario La Nación mediante los cánones de la belleza joven actual. La chica que se presenta es una muchacha rubia, carilinda e inteligente. Es universitaria y escribe correctamente. El chico es emprendedor, dinámico y, claro que sí, apuesto, con cabellos que florecen. El modelo de la televisión, vamos, pero más refinado.

Produce pena que este tipo de avisos sigan siendo funcionales. Muchos creen que enamorarán del primer flechazo a hombres o mujeres de los mentados parámetros. Casualmente, hace nueves años (tenía 18), logré pactar una cita con una chica a través del arcaico chat ICQ (para la línea temporal, ya es hablar de la prehistoria, el bruto salvaje con el garrote y la piedra). La señorita no me había enviado una foto por Internet: yo imaginaba a Kim Bassinger acercándose con un vestido blanco, cuya pollera se inflaba por la corriente de aire que provenía de una alcantarilla... Error. Decepción. Nunca más.

Pero Kanuoté* va por buen camino, se los aseguro. Lástima que el moreno guapetón no exista.

Lo he creado yo.


*Kanouté es el máximo goleador de la selección de fútbol de Malí y del Sevilla FC. La persona que aparece en la foto es conocido como "Mamma America" y trabaja en el cruce de un río a pocos kilómetros del santo poblado de Djenné, en la Malí central. Una vez me contó que su sueño era tener sexo con una "tubabu" (una blanca). Casi, mi amigo, casi.

23 de julio de 2007

Diagnóstico actual de un verdadero sabio

"Los valiosos ocultos", por Javier Marías (El País Semanal, 20/07/ 2007)

Si uno ve la televisión u oye la radio o lee la prensa, si atiende a los políticos, a muchos intelectuales y artistas, no digamos a los obispos (sobre todo si es a su portavoz siempre enmarañado y chulesco, Martínez Camino), acaba por tener la sensación de vivir en un país envilecido y lamentable, lleno de aprovechados, de cínicos, de imbéciles y de fatuos. Cuanto tiene una dimensión pública -y descuiden, que sin la menor reserva me incluyo- produce una impresión negativa, cómo decir, de permanentes exasperación y rebajamiento, de griterío generalizado, de empujones y codazos, de desfachatez, mezquindad, tontuna, mentira y codicia, todo mezclado. Uno oye a los tertulianos de una radio y a los pocos minutos la apaga entre hastiado y avergonzado, tal suele ser la sarta de disparates y venenosidades que escucha, casi todos pronunciados con el mayor engreimiento. Enciende la televisión y se encuentra, en demasiadas ocasiones, con gente chillona haciendo el memo o soltando zafiedades, ya sean presentadores o concursantes, agilipollado público que bailotea o bate palmas como niños (niños idiotas) o participantes en "debates", con frecuencia gente que no tiene idea de nada y, lo que es peor, que no se ha parado ni un minuto a pensarlo. E incluso echa un vistazo a unos "informativos" y se topa con el añoso locutor megalómano no dando noticias, sino hablando de sí mismo y de sus pésimos gustos. Abre uno los periódicos o las revistas y no es nada raro que lea bobadas sin cuento, opiniones no meditadas y declaraciones rimbombantes y huecas. Presta atención a los políticos y de la mayoría sólo brotan evidentes falacias y autopropaganda, casi nunca una idea interesante o el reconocimiento de un error o una culpa, y todos tendrían una lista larga. Y si uno se asoma a Internet, el trapicheo de memeces ocupa el 90%.

Si uno ve España, o aun el mundo, a través de lo público, se convence de vivir en una época de decadencia absoluta. No es ya que no se premie la inteligencia ni la discreción ni la educación ni la reflexión, la argumentación ni el saber ni la prudencia, sino que todo eso parece molestar y aburrir y tan sólo se aplaude el histrionismo, la grosería, el dislate, la ignorancia, la maledicencia y la mamarrachada. Uno diría que este es un país definitivamente echado a perder, si es que no el mundo. (Hace unas semanas tuvimos ocasión de ver una buena muestra de la sandez planetaria: no hubo medio de comunicación que no dedicara un gran despliegue al breve paso por prisión de Paris Hilton, una joven rica, tonta y fea que ha logrado convertirse en una de las personas más famosas del globo? por ser rematadamente rica, tonta y fea y prestarse a bastantes chistes.)

Y sin embargo la vida real, o personal, o privada, no tiene mucho que ver con todo eso, por lo menos la mía y las de quienes tengo cerca. Bien es verdad que en ella uno ve también hordas de descerebrados reales que, sobre todo en estas fechas, apenas saben articular más de una palabra, y ésta suele ser "¡Fiehta, fiehta!", independientemente de su edad, condición y sexo. Pero también estoy harto de conocer a personas valiosas que jamás hablan de nada de lo que nos inocula o cuela sin cesar lo público, sino de sus intereses o problemas particulares. Gente sosegada, bienhumorada, culta, educada, inteligente y prudente, atenta a su propia vida, afanosa por saber más, con buena voluntad y curiosidad infinita. Y no son sólo amigos de siempre, sino personas nuevas que me escriben o con las que me encuentro, a las que acabo de conocer y que me producen una impresión excelente, aunque el trato sea breve. Y también estoy harto de descubrir a jóvenes -en esta época en la que tantos parecen cafres; bueno, como en todas- que tienen todas las trazas de ir a convertirse en ciudadanos valiosos y responsables, deseosos de hacer bien lo que les toque en suerte (no siempre van a poder elegir, bien lo saben), indiferentes a la notoriedad y la fama, sobre todo si son mal ganadas.

¿Dónde están, me pregunto al poner la televisión o la radio o abrir los diarios? ¿Por qué aquí nunca aparecen, o muy raramente? Es tan abrumadora la vociferación de lo público, y tanta su capacidad de incitación a la mímesis en los más cortos de luces, que a veces no parece existir más realidad que la que los medios muestran, cuando la suya es por fuerza una visión sesgada, incompletísima. Esas personas valiosas son precisamente las que, por su discreción y sentido del ridículo, no se presentarían nunca a un concurso o a un reality show, ni acudirían a un programa de despellejamiento, ni dirigirían unos "informativos" a mayor gloria suya (el pudor se lo impediría), ni seguramente escribirían arbitrariedades en prensa como las que yo mismo escribo (y otros muchos, no crean). ¿O bien es que, en cuanto accedieran a estos medios, o a la política, o al obispado, se contagiarían de nuestra vileza? Imposible saberlo, y hay que dar gracias por ello. Porque mientras exista esa gente discreta, con sus intereses veraces, a gusto en su anonimato, con su atención centrada eminentemente en su vida particular y en su trabajo, sin más ambición que la de su propio mejoramiento, este país y este mundo no estarán aún condenados.

www.javiermarias.es

19 de julio de 2007

Saber perder (contra Brasil)

REUTERS

Un alumno de universidad, por más aplicado y talentoso que sea, no puede obtener el título si no supera los Finales.

Ocurre que para ganar una final se requiere de un dominio sobre un conocimiento específico. Los argentinos deberían robarles los apuntes a los brasileños. No sabemos cómo, pero ellos siempre salen vencedores (la selección argentina no elimina a Brasil de una competición mayor desde 1993). Esta última vez, incluso, los albicelestes alcanzaron el Final con aireados sobresalientes. Uno detrás de otro. Paff, paff, paff.

Hace algunos años se hablaba de un aura, una cierta pasta de campeón, que protegía a los bienaventurados en su camino a la gloria. Será que la Argentina no la tiene desde hace tiempo, visto lo visto. Y que Brasil la prepara a placer, visto lo visto. Ellos salen al campo mejor concentrados, más centrados, vaya a saber uno qué, pero mejor que sus rivales vecinos. No cabe duda de ello. Aún sin sus figuras más bienaventuradas, los pentacampeones del mundo parecieran llevar en su información genética un chip especial para disputar los Finales cómo Dios manda.

Que el técnico brasileño Dunga preparó bien el partido, que los dirigidos por Basile (¡le rompieron el coco!) no tuvieron suerte de su lado, que el gol en contra de Roberto Ayala fulminó los ánimos argentinos... Cabe arrodillarse ante la superioridad.

Durante un partido de Copa Libertadores -creo recordar- entre Rosario Central y el América de Cali (vencía de visita tres o cuatro a cero, hace por lo menos seis años) el periodista Juan Pablo Varsky dijo durante la transmisión: "Y... A veces pasa que el rival juega mejor". Que no todas las miserias se originaban en casa. En la reciente ocasión, Brasil jugó mejor desde todas las ópticas futboleras abordables. Felicitaciones, beso y medalla.

Los que no lo supieron entender fueron aquellos que no valoraron el segundo puesto y se quitaron el medallón. Me comentaba mi primo de Uruguay al finalizar el partido: "¿Sabes lo que daría yo por mostrarles a mis hijos, algún día, una medalla de plata de una Copa América? Por cierto, ¿que pensarán al respecto los jugadores de Colombia o de Bolivia, que quedaron últimos en la competición? Los mexicanos, el día anterior, saltaban chochos por haber conseguido el tercer lugar. A los uruguayos, otros desagradecidos, tampoco les importaba el podio. Como si la Celeste alcanzara las etapas decisivas en cada competición que disputara. ¿Para qué quiero yo un reconocimiento?

Campeones o fracaso.

Así no se puede andar por la vida, señores. El disc jockey argentino Hernán Cattaneo se quejaba porque sus fans argentinos se tomaban la música electrónica "demasiado en serio". O pasaban la mejor noche de sus vidas o el Dj los estafaba; sin medias tintas.

Dicen que uno no se cansa de ganar, pero sí de perder. Que aprendan a perder. Quizás así algún día logran ganar algo.

11 de julio de 2007

La fiesta de la luna llena

Koh Phan Gan, Tailandia, 6 de febrero de 2004

Imagine una playa paradisíaca, arena blanca, palmeras... Chicas bellísimas de todo el mundo... Cientos de personas bailando... Música que retumba durante horas... ¿Acaso qué joven no soñó alguna vez con una fiesta así? Bueno, este tipo de escenas existe en este planeta y tiene nombre y apellido: “Full moon party” (fiesta de la luna llena). En diciembre de 1988, un grupo de hippies europeos organizó una fiesta en la playa de Anjuna, Goa -costa este de la India-, y que coincidió con la noche de luna llena. Un dinámico estilo tecno y trance, hoy conocido como “Goa trance” o "trance psicodélico", era el encargado de mover los cuerpos de los no más de 200 invitados, estimulados por todo tipo de drogas. Desde entonces, las Full moon se extendieron a Indonesia (Bali), Australia, Fiji (Oceanía), Sudáfrica, Zimbabwe (Africa) y hasta Brasil; siempre y cuando la Policía local las habilitara. En los últimos años, la más concurrida y codiciada por jóvenes de todo el mundo es la que tiene lugar en la Isla de Koh Phan Gan, en el Golfo de Tailandia. Entre diciembre y febrero de cada año, casi 10.000 almas copan las arenas de la playa de Hat Rin Nok (“Playa del amanecer”) y forman parte de una historia que vale la pena ser contada.

Los viajeros que transitan por Khao San Road, la calle madre del turismo joven en Bangkok –la capital tailandesa-, se informan por Internet para saber cuándo será la próxima luna llena o preguntan desesperados en las agencias de viaje. Los más fanáticos de esta cita ya lo han chequeado en su país y viajan especialmente para la fiesta. “Five february”, es la respuesta del millón. Unos se lamentan porque ya no estarán en Tailandia, otros cambian de la noche a la mañana el itinerario con tal de no faltar a la cita.

Tres días antes de la fecha, las 8.000 camas disponibles en la isla ya están cubiertas. Los que llegan el mismo día o el anterior, van de albergue en albergue para conseguir una habitación o una cama, lo que sea. "Is full, is full", responden rápidamente los patrones tailandeses con su inglés superbásico. Los barcos que zarpan desde Ko Tao y Ko Samui, dos islas vecinas de Ko Phan Gan en el golfo tailandés, salen totalmente llenos desde el mediodía previo. La temperatura de la isla va aumentando a medida que se esconde el sol.

Algunos llegan a esta playa de la forman menos pensada. El pequeño bote que llevaba a la francesa Jacqueline desde el norte de la isla naufragó y el grupo de 50 turistas que la acompañaba tuvo que llegar ¡nadando! Más otro tramo a pie hasta la playa donde la fiesta (sureste de la isla). Habían salido a las 22 horas de su hotel y a Hat Rin Nok recién pudieron acudir a las tres de la madrugada. Todo sea por la Full moon. Los que van arribando, entonces, se topan con una marea de gente. Es una verdadera rave sobre la arena. Son poco menos de 10.000 personas de todos los rincones del mundo. La mayoría provienen de Inglaterra, Francia, Suecia y, sorpresivamente, de Israel. Estos últimos son casi la cuarta parte. Luego de afrontar la muerte cara a cara durante tres años como soldados, los jóvenes israelíes se retiran durante meses a India y Tailandia para relajarse tras semejante calvario en los territorios palestinos. También hay un puñado de españoles. Tony, de Barcelona, está en Koh Phan Gan por séptima vez. La fiesta, para él, es el único punto de reencuentro con amigos del otro lado del planeta.

El catalán avisa que en el puesto Zoom, uno de los diez que hay en la playa Hat Rin, estará lo mejor. Junto con Vinyl club, son los garitos más fieles a la idea original de las Full moon. Allí sólo se escucha Goa trance. Casualmente, es en estos dos puestos donde más se prolongará la fiesta. El bar se llena a las tres y a bailar que se acaba el mundo. Jazzmina y Josep María, también de Catalunya, estaban paseando por el sudeste asiático y tampoco se iban a perder semejante acontecimiento. Ambos aseguran que en Koh Phan Gan “pasan más cosas en una noche que en toda una temporada en Barcelona”.

La energía de la música y de los que han elegido por los estupefacientes contagia a los que no y casi no se puede diferir entre los primeros y los segundos. La noche comienza a caer y como anticipó Tony, las zonas raves son las que más gente convocan. A las 6.30 sale el sol tapado por las nubes. Se inicia la primera sesión de lluvia, que incrementa el pulso en la arena. El agua para de caer y una media hora después regresa en formato de diluvio. La típica lluvia tropical. ¡A quién le importa! El agua desata una locura colectiva. Jim, una chica de Japón, le pregunta a Chao, de Taiwán, en un inglés de manual: "¿Es esto real? No lo puedo creer". En la arena que da a Zoom unas 500 personas bailan y bailan bajo la lluvia. Nada perece detenerlos. El público, transpirado por los 35 grados de temperatura, agradece a Dios por el agua. Tom de Australia, sin embargo, no la necesita. Empapado, con tejano y cerveza en mano, va y vuelve al mar. Jason, de Nueva York y de piel rosada, no esconde su homosexualidad: con su metro cincuenta baila en calzoncillos y su boina gris en el medio de la playa.

De pronto, vuelve el sol y fulmina los cuellos y los hombros de los bailarines. Las bellas caras de las mujeres por la noche no son tal por la mañana. Ojeras, caras estiradas, morados, miradas perdidas, pasos y bailes incomprensibles...

La marea sube por la mañana. El agua va encerrando a la gente y va arrastrando decenas de botellas, pares de chancletas y camisetas. Sobre las 11, las olas ya llegan a los parlantes. Todo sigue igual. Pum, pum y más pum pum. Que aquí no ha pasado nada. Como para Scott, de 54 años. Baila sin parar en un parlante de Zoom junto a una tailandesa que alquiló en Pattaya –el centro de prostitución en este país- por 150 euros semanales a cambio de buen sexo y compañía. Peter, inglés, cumple 61 años esa misma noche. ¡Vaya fiesta le han regalado! Peter aun sigue bailando pasadas las 12 del mediodía. Cabello largo y platinado. Se le nota una paz interior muy honda. La fiesta no tiene color ni edad. La escena, ya por la mañana, está monopolizada por israelíes. Pasadas las nueve, la mitad de los sobrevivientes que aún bailan son de Israel. Incluso, los tres disc jockeys que deleitaron la pista de Zoom, "made in Israel". DJ Pixel, quien también ha tocado en Goa, dice que "el ambiente y la excitación de las Full moon son únicos. Aquí la gente baila como si fuera su última fiesta. Pero nunca lo es. Siempre vuelven".

A cada rincón, otra historia. Pete, de Sudáfrica, está siempre sonriente y con su novena o décima cerveza en la mano. Su bungalow está justo detrás de Zoom. "Como no puedo dormir por la música, no me queda otra que venir aquí todas las noches", confiesa. Y luego agrega: "Sólo viví algo como esto en mi país. Una vez, la luna se ocultó cinco días y se hizo una rave en la selva. No paramos de bailar durante todo ese tiempo".

Llega el mediodía y el trance psicodélico sigue sonando como cuando se encendieron los equipos. Los 100 sobrevivientes desean que no se apaguen nunca. Na bau, tailandés y empleado de Zoom, cabecea del sueño. Pobre hombre, lleva 17 horas sirviendo en la barra. Ya son las 14.30 y la música por fin se detiene. Na bau Agarra rápido su bolso y se va a casa a dormir porque al día siguiente tendrá que volver a trabajar al mismo lugar. Y en cuatro semanas, la luna se volverá a llenar y otra enorme fiesta lo volverá a aguardar.

9 de julio de 2007

Otra creencia que se desmonta

El primer mundo carece felizmente de violencia familiar.

En los países desarrollados no existe la violencia juvenil.

LA VANGUARDIA 01/07/2005 MULTIPLE SOCIEDAD SILVIA FERNÁNDEZ
Palmas de Gran Canaria. - El capítulo bíblico de la muerte de Abel en manos de su hermano Caín, tan increíble como dramático, tuvo ayer su reflejo en la vida real. Un menor de 15 años mató a puñaladas a su hermano de 17 en una barriada del municipio grancanario de Agaete (Canarias).Los hechos sucedieron sobre las 10.30 horas de la mañana, cuando el mayor de los hermanos, Yeroe M.G, de 17 años, se encontraba en la vivienda de su abuelo materno con un amigo, conocido como el Nano.


Al parecer, los dos jóvenes estaban escuchando música cuando entró en la habitación el presunto asesino, José M.G, de 15 años, quien pidió a su hermano que bajara el volumen porque le había despertado. Ante la negativa de la víctima, José M.G. abandonó la habitación y regresó poco después con un cuchillo de cocina de unos 40 centímetros, con el que se abalanzó contra la víctima y le apuñaló en el costado izquierdo, lo que le produjo una herida en el corazón que le causó la muerte. El amigo de Yeroe trató de intervenir en la pelea y resultó herido en una pierna mientras que la víctima salió a la calle, donde tras andar unos metros cayó desplomada en un charco de sangre. El joven llegó con vida al centro de salud de Agaete, pero murió poco después.En la pelea, el agresor, que fue detenido por la Guardia Civil y permanece bajo custodía en espera de tomarle declaración, resultó herido con un corte superficial de escasa consideración en una mano...

3 de julio de 2007

Dios hay uno solo


Pese a que sus personajes no envejecen, los Simpson ya cumplen 20 años en la televisión. La presente es la temporada número 18 de la familia con mayor cantidad de fieles del mundo: 40 millones de espectadores semanales en 80 países que ríen y lloran de risa con la fiebre amarilla que satiriza la american way of life en 18 idiomas. A finales de abril último, los de Springfield cumplieron 400 capítulos. Los teleadictos de las series de TV en EE.UU. calculan que se trata de los dibujos animados más lóngevos de la historia, detrás de The Adventures of Ozzie & Harriet (435 espisodios, pero con personajes de carne y hueso). Lo que sí reconocen es la kilométrica diferencia entre la difusión y el impacto en el público que han provocado una y otra serie.

Ningún Papa ha despertado tanta atención de tanta gente durante tanto tiempo, ni semejante influencia en dos generaciones de jóvenes, como Homero Simpson -Homer fuera de América Latina-, el alma matter de la serie, la tuvo desde 1987. Es ya uno de los nombres más familiares para el hombre occidental contemporáneo. Las insignias del siglo pasado y el corriente en las camisetas baratas que se venden en los mercaditos de Guadalajara, Barcelona o Buenos Aires sentencian. Diego Maradona, Che Guevera, Charles Chaplin, James Dean, Bob Marley, Mick Jagger, Kurt Cobain, Jim Morrison, John Lennon, Elvis Presley y, por supuesto, Homero J. Simpson.

Génesis de una familia popular
En 1987, el galardonado cineasta James L. Brooks ofreció al dibujante Matt Groening hacer unos cortos animados para incorporarlos a The Tracy Ullman Show. Los conejitos que ideó Groening no auguraban un gran éxito, por lo que decidió darle vida a unos personajes nuevos. El creativo Groening -lo reconoció tiempo después durante una entrevista- ideó a los Simpson en una servilleta quince minutos antes de reunirse con Brooks. Para evitar que el boss notará la improvisación, Matt utilizó el nombre de su padre y de su madre, Homer y Marge, y sus hermanas, Maggie y Lisa. Así fue como el 19 de abril de 1987, la cadena Fox emitió el primer corto de esa familia. Duró dos minutos. George W. Bush padre los consideró "pecaminosos" en su momento. La audiencia no pensaba lo mismo. Tres años después, la cadena que hoy controla la derecha norteamericana encargó a Groening episodios que pudieran ocupar un espacio de media hora, publicidades incluidas, en horario prime time. Hasta hoy.

La producción de cada capítulo dura tres meses. 60 personas componen el equipo de producción y doblaje, más 50 músicos, 100 animadores en Estados Unidos y otros 120 en Corea del Sur. Éstos últimos reciben el guión, el storyboard y las pistas de sonido con las voces desde Estados Unidos para luego pintar las escenas y dar vida a los personajes.

"The Simpsons. The movie"
El 27 de julio se estrena en todo el globo La película de Los Simpsons. Uno de los guionistas y productores, Al Jean, expresó a la revista estadounidense Parade que el film "tenía que sujetarse por sí solo. Necesitaba su propia narración para que no fueran sólo 80 minutos de chistes. Aunque son 80 minutos de chistes". Quienes ya vieron el tryler cuentan que Homero toma el papel de súper héroe al mejor estilo americano. Aunque su personaje, en la serie, es todo lo contrario: un nítido antihéore. En los foros de aficionados algunas hablan de la irrupción de un cerdo en la serie, del despido de Homero de la central, de desnudos y sexo.

En Estados Unidos están registradas 34 estados que poseen una localidad llamada "Springfield" (en una de ellas surgió el basketball). Justamente por eso su creador la llamó de esa manera. Una familia arquetipo en un pueblo cualquiera. Dieciséis Springfield compiten por convertirse en la sede del estreno mundial de la película. Un fanático de la serie recuerda que se mencionó la situación de la ciudad en un capítulo: a 678 millas de México DF. y a 2.653 de Orlando (Florida). Aunque en episodios sucesivos, se hicieron diferentes versiones para mantener el misterio.

Homero-Dios
Entrevista a Matt Groening en el diario La Vanguardia (Barcelona), publicada el 2 de mayo de 1999. "Supongo que como yo soy un media-adicto, conseguí una curiosa mezcla de influencias culturales: desde Aristóteles al Capitán América. El resultado es algo así como Homer Simpson, una parodia del padre americano de segunda clase que vive en un barrio vulgar, hace cosas vulgares y lleva una vida vulgar con una familia tan vulgar como él. Adorable", dijo el creador de los Simpson.

Uno de los mayores logros de Groening fue haber conseguido que los niños que no comprenden la mayor parte de los gags de la serie sean igual de seguidores -en su caso, de Bart, por mera identificación- que los adolescentes o más mayorcitos. Por eso, no sorprende que una encuesta a chicos estadounidenses, la práctica totalidad de ellos aribuyen sólo caracteres “negativos” a Homero Simpson (sin ironías en edades tempranas). A saber: "glotón", "borracho" y "estúpido".

La enciclopedia libre en Internet Wikipedia, por su parte, recoge las 127 profesiones por las que ha pasado el padre de la familia. El Homero polivalente y multiuso las ha vivido todas, incluso algunas que han quebrado los cánones de lo políticamente correcto. En diciembre del 2005 abandonó abruptamente la cerveza y los ‘hot-dogs’, así como la dieta a base de comida chatarra, para adherirse a las escrituras del Corán y los mandamientos de Alá. Así viajó a Oriente Medio convertido en "Omar Al-Shamshoon". En los países árabes, analistas de la TV consideraron que Homero era "aburrido". Poco tiempo antes, Homero se había convertido en el primer oficiador de bodas gays, un tema tabú en una larga lista de países a los que llamamos democráticos.

Otro despunte de repercusión internacional ocurrió en abril 2002: Homero fue asaltado en Río de Janeiro por niños de la calle, después capturado por un taxi pirata y finalmente secuestrado en el Amazonas. Mientras, una anaconda se merendaba a Bart de un trago en el Pan de Azucar. El presidente brasileño de aquel entonces, Fernando Henrique Cardoso, hizo saber su descontento a través de la agencia de información estatal por "difamación de su país".

Homero J. Simpson representa una simbólica metáfora de los tiempos que corren. Aun siendo su séquito conciente que es un completo y rotundo incompetente, inútil, imbécil, bebedor y obeso compulsivo; infiel, ciclotímico, esquizofrénico, ansioso y paranóico; es el gran ídolo de ellos.

2 de julio de 2007

Entrevista exclusiva con Homero Simpson

www.24-7simpsons.com


-Buenas noches, Sr. Simpson. ¿Cómo se siente a pocas semanas del sensacional estreno mundial “The Simpsons, the movie”?

-Perdón, pero... ¿Está usted entrevistándome a mí?

-Sí, a usted, señor Simpson.

-¿Y va a salir en la tele? Dígame que sí, dígame que sí...

-Pues, lo siento: no. ¿Acaso ve usted alguna cámara de televisión, señor Simpson?

-Eh, creo que no. A ver...

-Aha. Prosigamos con otra pregunta. ¿Cree que la película tendrá tanto éxito en las taquillas como la serie?

-El rodaje fue más largo que en los capítulos y yo ya estaba muy cansado al final. Las rosquillas se acabaron pronto y se rompió la heladera y las cervezas se calentaron ¡maldita sea!

-¿Podría hacernos un ligero adelanto sobre la trama del film?

-(En el mismo instante suena el teléfono móvil de Homero: “Sr. Simpson: en este momento un francotirador le está apuntando a su cabeza desde el segundo piso del edificio al otro lado de la calle. Diga lo que se le ocurra, pero no la verdad”, le ordena una voz distorsionada). Mmmm, no me acuerdo... Ah, sí, sí. El señor Burns me despide para siempre de la planta nuclear, me convierto en un superhéroe... –cuando comienzan a escucharse disparos. Homero se cubre la cara con su brazo derecho y acto seguido se esconde debajo de la mesa- y nada más, nada más, lo juro. ¡Por Dios, no me maten!

-Sr. Simpson, cesaron los disparos. Puede usted volver a su silla.

-Malditos contratos de confidencialidad.

-Bueno, pasemos a otro tema...

-Uy, me me hace ruido la barriga. Tengo hambre. ¿No habrá por aquí un lugar donde pueda comprar rosquillas?

-No.

-¿Y emparedados?

-No.

-¿Y 'perros calientes'?

-No.

-¿Y pizzas de doble queso con tomate?

-No.

-¿Y pizza de queso y salchichón?

-No.

-¿Y pasteles de chocolates rellenos con crema y caramelo derretido?

-No.

-¿Y...

-Sr. Simpson, está usted en una entrevista.

-Sí, señor. Es que tengo hambre. Las filmaciones son muy cansadoras y no hay tiempo para comer.

-Dígame, Homero. Su familia lleva 20 años en antena con niveles de audiencia históricos. ¿Cómo hacen para mantenerse tan arriba?

-No lo sé. Tal vez porque yo tengo la misma edad que en el primer capítulo, Marge y mis hijos también... ¿Qué he dicho?... Es verdad... No lo puedo creer: no he crecido en 20 años, ¡yuppi! ¡yahoo! ¡google! (Homero comienza a dar brincos en la sala de aquí para allí).

-Durante la serie, usted, un padre de familia, se emborrachó mil y una veces, fumó marihuana hasta perder la vista, fue cómplice de delincuentes diversos, atentó contra la seguridad mundial... ¿Se considera un buen ejemplo a seguir por la sociedad?

-¿Podría repetirme la pregunta, por favor? Es que estaba comiendo las migas del donut que habían quedado en mi bolsillo desde ayer. Mmm, de-li-cio-so.

-¿Si usted se considera un modelo para sus millones de fans?

-Soy un excelente modelo.. “Homero Simpson, el mejor padre de todos los tiempos” (dice al pararse e inflar su pecho). Qué bien que suena. Oiga –se pone serio-, yo podría montar un serie propia y olvidarme de la nerd de Lisa y la insoportable de Marge de una buena vez. ¡Ayúdeme, no puedo más, se lo suplicoooo! (el entrevistado se arrodilla ante el periodista, tira de sus pantalones, al tiempo que cubre su rostro y lagrimea).

-Sr. Simpson, hay cosas más tristes en la vida...

-¿Y mi vecino Ned Flanders, el bigotudo afeminado y ortodoxo más irritante de Springfield? Lo he intentado todo para deshacerme de él, pero el director siempre lo revive. ¡Demonios! (Homero se recompone y se vuelve a sentar).

-Por cierto, cuéntenos sobre Matt Groening. ¿Cómo es su relación?

-Jamás había oído ese nombre, se lo juro por mi mamacita. Se lo juro. Se lo juro.

-Olvídelo. Una última pregunta. ¿Hay Simpsons para muchas más temporadas?

(El entrevistado no respondió la pregunta. Escapó de la redacción. Observó un camión de cerveza y se lanzó a la persecución con un pañuelo blanco colocado a la altura del bigote y una pistola de plástico en su mano derecha).