5 de diciembre de 2007

Queremos carne roja

Después de unos diez días de abstención idiotizante -una sana costumbre-, en la medianoche de ayer volví a encender el televisor. El zapping pendular me llevó a Telefé. Las cámaras del programa La Liga hacen su interesada guardia en hospitales y comisarías. Allí aguardan como perros hambrientos los cuerpos heridos, a sesos abiertos, de accidentados en moto, víctimas de robos armados o reyertas domésticas. Así cobra protagonismo un primer plano de un niño, gordito, a quien un dogo le había arrancado de un mordisco medio rostro. Sangre, carne, sangre, carne.




Los canales de noticias traen imágenes desde Costanera Sur: combate entre empleados del Casino flotante y los amables agentes de Prefectura de la ciudad. Los camarógrafos enfocan el mapa de ríos rojos que se dibuja en la cara de un efectivo en el suelo, poco después de haber recibido un pierdrazo en la frente. Sus compañeros lo llevaron en andas, como un héroe, hasta la ambulancia. Se vio en VIVO y en DIRECTO. Sangre, carne, sangre, carne.



¿Es necesario el morbo para informar correctamente? ¿Es menester ver el cuerpo de un joven motociclista con fracturas múltiples en la banquina de la ruta para tener conciencia de la inseguridad vial? ¿Es eso tener una noción acabada de "la realidad? ¿Forma, educa, previene?

Respuesta de un editor de televisión: "la gente quiere y nos demanda impactos".

No hay comentarios: