19 de marzo de 2007

¿Dónde está Dios en África?

In Sha´Ala (si Dios, Alá, quiere) es la muletilla del hablar de los africanos musulmanes en el noroeste africano. Cada tres frases, los mauritanos interrumpen su propio discurso para decir In Sha'Ala, a veces con sentido, otras por simple mecánica. Ocurre que en el mundo islámico, todo depende de la voluntad de Dios, acaso como en otras tantas religiones. Si hay prosperidad, gracias a Dios. Si hay sequía, por castigo de Dios. Si en África dos millones de personas se mueren al año de malaria, ¿por omisión de Dios?

El Dios de los pobres. Cuánto más pobre es la gente, más fe deposita en El Señor. Paradoja, ¿no? Justamente ellos, los más castigados, deberían odiarlo. ¡A cuánta miseria les condenó¡ Aún así, son los que más lo adoran. Incomprensible éste, el género humano.

Marembe, 95 años, habitante de Norio de Sahel, en la frontera de Malí con Mauritania, me asegura que Dios es justo y que es el hombre el que es injusto. Que si hay hambre, es porque, en este mundo, un hombre se come dos pollos y otros cero. Cierto. Ahora bien, ¿por qué Dios habrá creado un ser tan imperfecto, corrupto, prostituto, mentiroso y deshonesto para que lleve las riendas de este mundo?, le pregunto mientras sudo los 42 grados de sensación térmica (el calor afecta al cerebro). No supo contestar y cambió de rumbo. ¿Existe respuesta?

Al parecer, Dios se ha quedado sin cobertura en este continente. Por eso, debe abrir urgentemente un nueva sucursal. Ya hay millones de personas sentadas en la puerta. A 42 grados de sensación térmica, sin agua potable y infectados de pies a cabeza, hacen cola desde hace siglos.

No hay comentarios: