9 de abril de 2007

Sr. Tubabu

En Malí (y me dicen que también en Senegal) los niños no saludan a los extranjeros, a los que no han nacido en África, con un natural e universal "Alo" acompañado del movimiento de mano. En Malí (y me dicen que también en Senegal) los chicos dicen "tubabu" cuando advierten la presencia de un blanco. Es que "tubabu" significa justamente eso: "un blanco".

En un primer momento pensé que "tubabu" significa "hola" en bambara, la lengua más popular de la República de Malí (un territorio maravilloso en todo sentido). A raíz de ello yo también respondía con un cordial "tubabu". Claro, los pequeños se reían, algunos; otros no entendían porqué un blanco decía "un blanco". Todo ello hasta que un día decidí tomar la reveladora decisión de preguntar lo que significada. Y todo cambió.

Durante días mis neuronas estuvieron analizando este interesante e inaudito fenómeno en mi historial de viajes. Que los niños digan "un blanco" como forma de saludo o primera reacción frente a la presencia de un no-negro me resulta chocante. Esto viene a decir que en su inconsciente, desde muy chicos, ya comienzan a disgregar: yo-negro, ellos-blancos.

A todas las personas que he consultado la observación les ha resultado divertido. "No hablan francés y no saben tu nombre, por eso te dicen tubabu", opinaban unas turistas belgas. Bueno, en Nepal tampoco hablan inglés ni saben el número de mi pasaporte y, sin embargo, no me saludan diciendo "un occidental indo-europeo".

Imaginemos la situación a la inversa. Una avenida cualquiera en Reijkavick, Islandia. Unos niños de tez bien blanquita, pseudoalbina, ven como se acerca un estudiante de Ghana en solitario, indefenso ante el choque cultural: "un negro", "un negro", lo saludan. ¿Y si los chicos de una escuela neoyorquina saludasen a sus compañeros negros (los eufemismos "de color" o "morenos" son quinientas veces más racistas que decir "negros") de esa forma? Sería motivo de guerra callejera. ¿O me equivoco?

Tubabu es racismo a la inversa, pero es racismo al fin y al cabo.

Cuando estuve viviendo con las familias Fori y Gbori en Djenné, una de los pueblos santos del Islam en Malí, una mujer me bautizó como "tubabu fori-gbori". Al día siguiente, unos vecinos comentaban "a la ture deré tubabu fori-gbori...". Es gracioso, pero los jóvenes y adultos también llaman a uno como "tubabu" y, en un determinado momento, "tubabu" pierde el sentido ignorante de los niños para transformarse en "ey, idiota blanco".

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