25 de junio de 2007

Ya lo decía: caos informativo en la cuestión palestina

La semana pasada me preguntaba lo siguiente en el artículo "Memoria de la tierra eterna, el conflicto eterno":

¿Por qué editores de periódicos de todos los relieves opinan en columnas a toda página sobre una problemática en un fango en el cual ellos jamás han metido la bota (ni lo harán), alzando la tinta a miles de kilómetros de distancia?

El último fin de semana, un periódico latinoamericano de difusión nacional y de una riquísima trayectoria -no importa cuál- incluía en una de sus editoriales el siguiente contenido sobre el conflicto en los territorios palestinos. Le ha dado validez a mi interrogante. En negrita, en tanto, añado algunas apreciaciones.


"El caos palestino"

Después de semanas de duros enfrentamientos con los partidarios de Al-Fatah, que culminaron con ejecuciones fratricidas en las calles, las milicias que responden a Hamas se apoderaron por la fuerza del territorio de la llamada Franja de Gaza, de la que Israel se alejó en 2005 (todo ello los lectores ya lo sabíamos desde hacía una semana).

Como consecuencia de ello, Palestina está visiblemente dividida en dos. Cisjordania, aún bajo el poder secular de Al-Fatah, y Gaza, ahora en manos de los partidarios de Hamas, que cuentan con el apoyo de Irán. Ante este preocupante cuadro (el autor de esta editorial no lo parece en demasía), parecería obvio (¿en este contexto algo puede catalogarse como "obvio"?) que el objetivo de crear un Estado palestino se ha alejado considerablemente y las posibilidades de alcanzar una paz duradera en Medio Oriente, también. (no cabe duda de ello desde los atentados palestinos en Yaffo, Israel, en 1917, el que fuera el inicio del conflicto. El objetivo no se aleja sólo por estos últimos incidentes entre Hamás y Al-Fatahpalestinos).


La Unión Europea y los Estados Unidos no han vacilado un instante en apoyar abiertamente a Al-Fatah, al anunciar no sólo el levantamiento de las duras sanciones económicas impuestas luego de que Hamas se impusiera con el 44 por ciento de los votos, en las elecciones de marzo del año último, sino también la reanudación de la ayuda económica a Cisjordania (esto también se sabía desde hacía tres días).


La propia Israel no esconde su preferencia por dialogar con Mahmoud Abbas, el líder de Al-Fatah (¡Pero sí han manifestado abiertamente su apoyo! ¿De cuáles escondidas habla?), que evidentemente representa la mejor oportunidad para poder continuar el diálogo en dirección a soluciones permanentes (usted qué sabe, editorialista, a 15 mil kilómetros de distancia, si existen otras alternativas más eficaces).

Ocurre que Hamas, dominada por el islamismo (Parece que el Corán tiene atado con una soga al líder de Hamas en una silla, lo “domina”), no está dispuesta (nunca dio señal contraria, por lo que jamás podría estar dispuesta) a reconocer al Estado de Israel ni a renunciar efectivamente a la violencia, lo que ha quedado evidenciado con la utilización de terroristas suicidas y la reanudación de los disparos, desde diversos puntos ubicados en el interior de Gaza, de misiles de corto alcance que caen indiscriminadamente (los cohetes y sus destinatarios bien que están calculados) sobre la población civil israelí.

La situación en Gaza es, por todo esto, sumamente peligrosa (valga la aclaración. Uno planeaba las vacaciones en las playas de Gaza antes de leer este artículo). Por una parte, los disparos de decenas de misiles sobre Israel por parte de partidarios de Hamas, en actitud "jihadista", son respondidos con represalias militares por parte de las fuerzas armadas de Israel, y así la violencia se ha apoderado, una vez más, del sufrido territorio. Por la otra, hay también una amenaza seria de que este escenario pueda derivar en una gravísima crisis que afecte a la mayoría de las personas que viven hacinadas en la zona de Gaza, como consecuencia de que los alimentos y medicamentos escasearán muy pronto, en sólo cuestión de días. (pero si los mismos corresponsales hablan desde hace semanas de una crisis humanitaria).

El sufrimiento de los palestinos, que es real (no será de mentira o simualdo, ¿no? Si no, serían contratados por Hollywood de inmediato), alimentará la actitud de desesperanza y desesperación que estimula a quienes equivocadamente suponen que no hay otra alternativa que la violencia. Contentarse, entonces, con aislar a Gaza no parece prudente (vaya usted en persona a la Franja y propóngaselo a la cúpula de Hamas, a ver qué le responden). Los esfuerzos de paz deben incluir a todos aquellos que puedan ayudar en la tarea de tratar de reconciliar al pueblo palestino, que debe poder superar sus divisiones, desde que su objetivo es el marchar unido, como nación, hacia un futuro común (“y así vivieron todos muy felices...”).

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Por qué teniendo un blog tan interesante no tienes ningún comentario?

Un abrazo desde Lima