2 de octubre de 2007

Lección sobre jóvenes a cargo del Dr. Etcheverry

IV Congreso nacional sobre valores, pensamiento crítico y tejido social organizado por el YMCA. Salón San Agustín de la UCA. "Medios de comunicación y cuidadanía" es el tema de debate este año. El Ministro de Educación, Daniel Filmus, no regresa a tiempo desde Nueva York para brindar una conferencia. Como medida tapón, pero muy astuta, la organización, en su lugar, le da la palabra al Dr. Guillermo Jaim Etcheverry* (ex rector de la UBA), un As de espadas en lo que se refiere a las ponencias sobre jóvenes y Educación. Un pensador contemporáneo de gran estatura intelectual. Un coloquio para chuparse hasta el último de los dedos.

Si no puedes educar a tus hijos por convicción, házlo aunque sea por miedo.

Una mujer del barrio me cruza en el puesto de revistas. Me detengo allí para comprar un diario y leer otros siete. La señora me felicita, me dice que hablo muy bien en la televisión, que me ve siempre. Y cuando aparezco, dice que llama a sus vecinos, a su familiares, para avisarles que "el Dr. Etcheverry está en tal o cual canal. No sabe como me gusto verlo en la tele, porque me encanta como habla", me repite la señora. Y una vez me indagó: "Ahora, ¿podría hacerle una pregunta, sin que le moleste?", consultó. "Sí, señora, adelante", le contesté. "¿Seguro? Pero miré que puede que no le agrade...", insistió la mujer. "No se preocupe, adelate", insistí yo. "Bueno -por fin se decidió- yo tengo una duda: "¿Y, usted, dígame, Doctor... En la tele, ¿de qué habla?

La imagen no despierta la reflexión, sino la desatención. Apela a lo emocional, a las sensaciones. Se ha empobrecido el lenguaje. Niños delincuentes que utilizan códigos propios de la calle y las villas no pueden siquiera entablar una conversación de "Hola, ¿cómo estás?" con alguien de fuera.

Los jóvenes están siendo educados por ignorantes de la televisión que ni siquiera saben que lo son.

www.mediasmart.co.uk

En el mundo ha triunfado la idea de que vivimos felizmente felices. Se impuso el hombre entretenido, feliz, al del ser preocupado. "Entretenidos hasta morir" es un título cuya lectura recomiendo mucho.

Hay una sensación dominante de que nada es permanente. Es el quiebre de la Historia. Un anclaje. El mundo comienza y termina cada día: no heredamos a nadie ni nadie nos heredará. Tampoco, en ese sentido, hay responsabilidad. Total, no habrá un mañana.

Las figuras del padre y el maestro están muy devaluadas. Existe una resistencia a la penetración del otro. Los jóvenes dicen: "Yo soy así. Y punto". Y punto: los padres o docentes se quedan allí.

Los medios de comunicación explotan entre los jóvenes la filosofía del entretenimiento del yo ya lo sé todo.


La vida virtual se impone a la vida real. Para ellos, "mi mundo es mi computadora, mi I-pod y mi teléfono celular". Lo otro les resulta ajeno. Todo transcurre sin que ellos se enteren.

Es que ni el espíritu de rebeldía ha sobrevivido entre los jóvenes, puesto que ya no les interesa absolutamente nada, nada por qué luchar.

¡¡Hay chicos que
se juntan a chatear entre ellos en una misma casa!!!

La socialización de los chicos ha cambiado. También los cambios de poder en las familias: ellos
influyen también en cómo se distribuye el gasto.

Más información sobre Guillermo Jaim Etcheverry
"No saber que no se sabe", La Nación, 28 de enero de 2001.
"Pensar antes de pensar", La Nación, 5 de mayo de 2002.
(Más textos en el archivo digital de lanacion.com)

*Doctor en medicina y escritor argentino (1943-). Fue rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) entre 2002 y 2006 y profesor titular de Biología Celular e Histología de la Facultad de Medicina de la UBA. Fue decano de la Facultad de Medicina de la UBA entre 1986 y 1990. Es miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba y miembro de número de la Academia Nacional de Educación y de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación. Escribe notas sobre educación en el periódico argentino La Nación.

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